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¿Es necesario que algunos pierdan para que otros ganen?

  • Foto del escritor: Claudio Guz
    Claudio Guz
  • 22 dic 2024
  • 3 Min. de lectura

En el mundo de los juegos, la competencia y las organizaciones, esta pregunta desafía nuestra manera de entender la realidad. Tradicionalmente, muchos juegos y sistemas sociales se basan en la idea de suma cero: para que alguien gane, alguien debe perder. 

Sin embargo, ¿es este el único modelo posible? Y más aún, ¿es deseable?

Esta discusión pone sobre la mesa dos modelos contrapuestos: el de competencia o colaboración. "Coopetencia" es un término que fusiona "cooperación" y "competencia", introducido por Barry J. Nalebuff y Adam M. Brandenburger en su libro Co-opetition (1996). Ellos proponen una estrategia empresarial que combina ambas dinámicas para lograr beneficios mutuos, basándose en la teoría de juegos.

La coopetencia sugiere que las empresas pueden cooperar en áreas donde comparten intereses y competir en otras, creando valor conjunto sin renunciar a sus objetivos individuales. Este enfoque permite transformar el entorno empresarial en beneficio propio y del sector en general.

Juegos con Ganadores y Perdedores

Los juegos competitivos, como el ajedrez o el fútbol, dependen de la existencia de perdedores para que los ganadores emerjan. Este modelo fomenta la estrategia, la mejora personal y la emoción de la competencia. En estos casos, perder puede ser un motor para aprender y evolucionar. Sin embargo, también puede generar divisiones, resentimientos y una cultura de “éxito a cualquier costo”.

La pregunta que surge es: ¿es el perder una condición indispensable para que el juego sea significativo? ¿O podríamos rediseñar las reglas para que el valor del juego no dependa del resultado, sino de la experiencia?

Juegos Donde Todos Ganan

En contraste, existen juegos y dinámicas que buscan el ganar-ganar. Algunos ejemplos son las experiencias colaborativas, como juegos de escape o proyectos artísticos colectivos, donde el objetivo no es vencer al otro, sino alcanzar una meta común. Pero, ¿es esto realmente un "juego" en el sentido clásico? Quizá deberíamos llamarlos juegos colaborativos o dinámicas de co-creación.

La esencia del juego en estos contextos cambia: ya no se trata de una lucha, sino de un viaje compartido. Aunque atractivos, estos modelos plantean dudas. Si todos ganan, ¿es menos significativa la victoria? ¿Desaparece la emoción que trae el riesgo de perder?

Juegos de Suma No Cero

En estos juegos, los resultados pueden beneficiar a más de un jugador simultáneamente, y no necesariamente lo que uno gana es lo que otro pierde. Dentro de esta categoría, destacan los juegos de suma positiva, donde la cooperación o decisiones estratégicas generan un beneficio neto mayor para todos los participantes.

Ejemplos incluyen:


  • Juegos cooperativos: Donde los jugadores trabajan juntos para alcanzar un objetivo común, como en los juegos de escape o los juegos de rol colaborativos. Se compite contra un obstáculo común, se colabora para superarlo.

  • Juegos de suma positiva: Donde las acciones conjuntas crean más valor o recursos que pueden ser distribuidos entre los jugadores.

  • Juegos mixtos: Algunos juegos estratégicos combinan elementos de competencia y cooperación, permitiendo resultados flexibles según las decisiones de los jugadores.


Estos juegos son especialmente útiles como modelos para explorar dinámicas de colaboración en el mundo real, incluyendo la economía, la política y el desarrollo organizacional.

Ganar-Ganar en el Mundo Real

Esta reflexión trasciende el ámbito de los juegos y nos lleva al terreno de la economía, la política y las ciencias sociales. En un mundo interconectado, muchos problemas globales requieren soluciones de ganar-ganar. Por ejemplo:


  • Economía: Modelos de economía circular buscan crear valor para todos los actores, reduciendo el desperdicio y mejorando el acceso a recursos.

  • Política: Esfuerzos diplomáticos que intentan construir acuerdos donde todas las partes se beneficien.

  • Ciencias Sociales: Movimientos sociales inclusivos buscan una sociedad donde los derechos de unos no impliquen la opresión de otros.


Sin embargo, la naturaleza humana y nuestras estructuras actuales parecen resistirse a este ideal. La competitividad, el deseo de superar al otro y las narrativas de “uds vs. ellos” siguen predominando. Quizá sea porque en lo profundo, el concepto de ganar nos resulta más satisfactorio cuando hay una comparación.

¿Una Utopía o una Realidad Posible?

El ideal de ganar-ganar parece utópico, pero ejemplos de éxito sugieren que es alcanzable. Redes colaborativas, como las de investigación científica o las comunidades de software de código abierto, muestran que trabajar juntos puede generar beneficios para todos. Pero esto requiere un cambio profundo en nuestra mentalidad:


  • Redefinir el significado de "ganar".

  • Fomentar la empatía y la comprensión mutua.

  • Diseñar sistemas que valoren la colaboración tanto como la competencia.


Reflexión Final

Entonces, volvemos a la pregunta inicial: ¿es necesario que algunos pierdan para que otros ganen? Tal vez la respuesta no esté en elegir entre un modelo u otro, sino en encontrar un equilibrio. Porque, al final, la verdadera inteligencia está en construir un juego donde, al menos algunas veces, todos podamos salir victoriosos.


 
 
 

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